Los recibió en Olivos. Reconoció una etapa difícil, pero ratificó “el rumbo”. Pidió olvidar las peleas por el aborto
En sólo 20 minutos, Mauricio Macri arengó en la quinta de Olivos a los legisladores de Cambiemos a defender el rumbo económico, en medio de una dura crisis que tuvo el mes pasado la mayor recesión de su gestión. Buscó además empezar a atenuar las heridas internas que quedaron luego del debate del aborto. “Quedó muy frágil el bloque en Diputados”, confió uno de sus integrantes.
El encuentro incluyó un menú de típicos platos criollos, en la previa al discurso de Macri. “Es nuestro deber esforzarnos, porque es una oportunidad única. El país está incluido en el mundo”, celebró, tras una breve introducción de los radicales Mario Negri y Luis Naidenoff, jefes de los bloques de senadores y diputados. También asistieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario General de las Presidencia, Fernando de Andreis, y ministros del gabinete nacional.
El presidente se propuso dejar claro que la “tormenta perfecta”, como define el momento económico, no debe alterar los ánimos y mucho menos la unidad legislativa. El principal objetivo es contener a los radicales, molestos por el rumbo de la gestión y el ajuste severo en áreas sensibles, como la educación.
“Todos hemos trabajado para que algunos jueces que estaban muy ligados al ‘todo pasa'” dejaran de funcionar con esa lógica y “hubo un jury que cambió la historia y que permitió que las cosas empezaran a funcionar como tienen que funcionar, con independencia de los poderes”.
“Hoy más que nunca tenemos que trabajar con la convicción de que el camino que hemos tomado es el único posible, con mayor o menor velocidad, con mayor o menor gradualismo, pero es el único”, destacó.
“Si realmente queremos un cambio profundo, como el que aspiramos, no podemos pensar que todo iba a suceder en tan solo dos años y medio después de décadas de hacer las cosas mal”.
Macri admitió como un problema que el empresariado esté “convulsionado” por el escándalo de los cuadernos, pero evitó expandirse mucho sobre el tema.
Sí anticipó una dura discusión del presupuesto, que tendrá un ajuste de 300 mil millones de pesos exigido por el FMI. “Tenemos que encontrar un equilibrio entre las necesidades de los gobernadores y las de las provincias”, planteó el presidente.
Hizo mención al aborto pero pedir paz. “Es momento de dejar de lado cuestiones personales”, solicitó, informado de las duras peleas entre miembros de Cambiemos sobre todo en diputados, donde Nicolás Massot y Silvia Lospennato aún no se hablan.